Cualquier semejanza con la realidad puede que no sea mera coincidencia

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  • norte - Mi corazón idiota, como dice la canción, pero ya no brilla. Recorro tus calles, en silencio, algo falta. Alguien falta. Fantasmas que me visitan en sueños...

domingo, junio 28

Una noche sin importancia

     Me encontraba ahí parado sobre la azotea del edificio. Contemplaba las luces provenientes de otras construcciones que como si fuesen estrellas trataban de adornar aquella noche lluviosa. Hacía exactamente 360 horas, o 15 días, que te había perdido. Me preguntaba si en alguna de esas estrellas a lo lejos estaría otra alma solitaria como yo. 

     El agua fría caía sobre mi cabeza y recorría mi espalda por debajo de la remera, estaba temblando pero no me importaba. Necesitaba algo que me hiciera sentir vivo otra vez, algo que me hiciera sentir cualquier cosa que no fuese vacío. 

     Es que en ese momento cualquier sentimiento se volvía tentador, dado que era incapaz de sentir nada más que tu ausencia. Era desesperante tener un agujero en el centro del cuerpo, justo donde hubiese estado el corazón. Ahí ya no se sentía nada, juraría que ni siquiera latidos. 

     Estaba entumecido, como en pausa, no sentía que el tiempo avanzara pero aún así sabía que hacía dos semanas aún podía sentir cosas y ahora ya no. 

     A veces buscaba torturarme imaginándote feliz con otra persona, imaginando como sonreías en brazos de otro, por el simple hecho de que eso me generaría dolor y me haría recordar que seguía vivo. Es morboso, lo se, pero cualquier cosa que me hiciera salir del letargo me servía de ayuda.

     A mis pies la ciudad seguía su curso, a nadie parecía importarle mi patética situación. Nadie miraba hacia arriba a contemplar mi espectáculo. Todas las parejas que caminaban sobre la acera me daban asco, me revolvían el estómago. Pero en el fondo deseaba estar en su lugar, estar caliente entre tus brazos y no allí parado, congelándome con la lluvia.

     ¿Dónde estarías tu ahora? ¿Estarías en alguna fiesta coqueteando con alguien más? ¿Estarías en tu casa llorando y en un estado parecido al mío? ¿Estarías con alguna amiga odiándome? Ya no entendía nada. No sabía como había logrado convertirme en ese monstruo que había roto tu corazón. Porque si de algo soy culpable es de no haber hecho nada para evitarlo.

     ¿Estaría viviendo mi propio karma? ¿Acaso la vida toma venganza haciéndote sentir miserable? ¿De eso se trata todo? Mi cabeza se sentía pesada, mis manos temblaban, mi estomago se retorcía sobre si mismo, pero mi pecho se negaba a sentir algo. 

     La lluvia comenzaba a parar y las nubes se movían dejando ver en el horizonte los primeros rayos de Sol de la mañana. Decidí entonces volver a mi habitación, ya encontraría alguna otra distracción luego. Ya volvería a sentir algo algún día, pero no sería allí sobre la terraza, ni mucho menos aquella noche. 


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