Cualquier semejanza con la realidad puede que no sea mera coincidencia

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  • norte - Mi corazón idiota, como dice la canción, pero ya no brilla. Recorro tus calles, en silencio, algo falta. Alguien falta. Fantasmas que me visitan en sueños...

lunes, julio 21

Personal: Es lunes.

Es lunes y me duele la cabeza, es lunes y estoy cansado. Odio los lunes, me cuesta arrancar y más si duermo mal. Dormí poco, me duele la espalda. Mañana va a llover, lo leí en el diario, me gusta la lluvia. Me gusta caminar en la lluvia, me tranquiliza. Tengo que estudiar. Estoy trabajando, me comí un sándwich olímpico, espero que no me caiga mal. Hace mucho tiempo que no escribo, estoy muy ocupado. ¿Ocupado? Facultad, trabajo, nada del otro mundo. ¿Por qué pienso que estoy ocupado? No lo sé. Pienso en el sándwich que está en mi estómago, en la gaseosa que está fría (por suerte) y como el sueño hace que me duela un poco la cabeza. Debería volver a estudiar bioquímica, estudiar en la oficina es complicado. ¿Debería renunciar? El examen es el viernes. ¿Podré llegar bien? Creo que puedo, bioquímica es engorrosa pero me gusta. Lo que odio es bioética, pero no es tanto. El aire acondicionado está encendido, es invierno pero siento como si estuviese en uno de esos días de verano en los cuales extrañas el frío. El aire está pesado, deberían apagarlo, el calor me pone de mal humor. Mi termo ya no es como antes, el agua se enfría, me dejó tirado; debería comprar otro. ¿Cuál era la constante de equilibrio? Ya me acordé. ¿Puse a lavar ropa? No, soy un boludo. Tengo muchas servilletas descartables en el escritorio, y más allá está la taza sucia y un cuchillo, esto es un desastre. Debería lavar la taza que usé ayer para tomar café. Soy yo el desastre. Me duele el estómago, sabía que no tendría que haber comprado ese sándwich, me ganó la pereza de caminar más hasta el supermercado. La panadera que me atendió es nueva, no la conozco. Afuera está soleado, junto con el aire acondicionado que me está cocinando de a poco, esto parece un día de verano. En la radio suena una canción muy deprimente, un tipo dice que es raro y se pregunta qué está haciendo en ese lugar, dice que no pertenece allí. ¿Acaso no sentimos todos eso? Es triste, si, nos cuesta encajar, a mí me cuesta encajar. ¿Será la vida un gran rompecabezas? Alguien me enseñó que para armar uno primero tenés que separar las piezas por colores y luego ir por los bordes de a poco. ¿Nos estaremos salteando esos pasos? ¿Será por eso que no encajamos bien? ¿Habremos perdido piezas? Divago y me acuerdo que tengo que estudiar. Genética, me encanta. Extraño mi cama, quiero dar ese examen y dormir una semana. ¿Por qué siempre estoy tan cansado? Necesito algo que me de energía. ¿Debería tomar otro café? Pero aún tengo gaseosa. Tantas preguntas. Me acuerdo que también tengo pendiente el libro de programación. Me meto en muchas cosas a la vez. Voy a explotar. En media hora me voy a casa. ¿Por qué los sándwiches de esa panadería me caen mal? Los bizcochos por suerte no me hacen sentir así, son mi salvación cuando me duermo y no desayuno en casa. Debería escribir más seguido, otra vez, esto me ayuda. ¿Por qué dejé de hacerlo? Cierto. No tengo tiempo. ¿Dónde perdí tantos minutos? ¿Estaré viviendo demasiado? No lo siento así, no siento que esté viviendo tanto. Mi cabeza es un caos, se siente como una guerra. Es una guerra y ni siquiera hay bandos definidos, es una especie de todos contra todos. Me pregunto quién sobrevivirá al final. Mi pelo está muy largo, me gusta así, me siento libre. ¿Libre de qué? Nunca fui un esclavo. No sé, pero me gusta el pelo así. Quiero dormir, estar sentado seis horas arriba de un ómnibus me mata, me duele la espalda. Y venir a la oficina luego, no ayuda. Dejé el libro de métodos en casa, pero creo que tengo un par de anotaciones en la cuadernola. Me quiero ir. Voy a vomitar. No, falsa alarma. ¿Por qué me siento tan nervioso? No es el examen, eso no me quita el sueño. ¿A qué le tengo miedo? No sé, no tengo idea. ¿Y si estoy en la guerra también? ¿Ganaré yo?


Es lunes y me duele la cabeza.

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