Ya no temo verte en alguna esquina,
tampoco en la mesa de algún bar.
No tengo miedo de cruzarme con tu mirada cansina,
de mi ya nada podés tomar.
Ya no ando vigilando cada rostro,
pensando en si ante tus ojos voy a terminar.
La idea de que un día de la nada aparezcas
ya no me hace temblar.
No me persigo buscando esquivarte,
es inútil, nuestros caminos se van a topar.
Sin embargo no espero que me esperes,
ni tampoco te pienso esperar.
Solo dejo que la vida me lleve
lentamente, se adonde quiero llegar.
No hay comentarios :
Publicar un comentario